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domingo, 22 de marzo de 2015

LA PERSONA CON DEMENCIA Y EL DIFÍCIL RETO DE LA COMUNICACIÓN.

Seguir una serie de pautas para comunicarse con una persona con demencia puede hacer más fácil la relación paciente-cuidador.
Hablar con la persona con demencia es fundamental para evitar el aislamiento. Sin embargo, es preciso buscar el mejor momento y la forma más apropiada para interactuar con el paciente. No todo vale.


Si el cuidador está nervioso, será preferible evitar el contacto en ese momento. 
Si necesitamos comunicarle algo que vamos a hacer, que sea cuando se vaya a realizar, sin anticipar el mensaje. Le podremos decir, “vamos a comer”, en el momento en que comenzamos a poner la mesa. 
Evitar hacer varias preguntas al mismo tiempo. Es preferible hacerlas de una en una esperando la contestación. Para ayudarle tomar decisiones, se le puede dar a elegir entre dos opciones concretas, no más: ¿prefieres manzana o pera? 

Llenar la conversación con recuerdos positivos del pasado siempre será un acierto: su profesión, la familia, el lugar donde creció…
Forzar el diálogo o buscar una respuesta rápida no hará sino frustrar al paciente. 
Siempre será muy positivo el uso del humor; restar importancia a sus errores a través de bromas que el paciente pueda entender le hará sentirse comprendido.




Las personas con demencia pueden olvidar el significado de las palabras, por ello es necesario atender a lo que expresa con sus gestos y al lenguaje corporal para poder entender qué le ocurre en cada momento.
El cuidador deberá mantener el contacto visual durante la conversación para estimular la atención del paciente con demencia. 
La postura es también fundamental. Es preferible colocarse delante, o sentados a su lado intentando que la persona con demencia pueda siempre ver la cara de su interlocutor. 
No le hable desde lejos sino con la proximidad justa para que le atienda.
Cuando el diálogo es difícil, acompañarlo y cogerlo de la mano será suficiente para expresarle cariño.

Lo anterior son solo algunos consejos para afrontar el día a día con una persona con demencia. Si necesitas más información, aquí estamos para ayudarte.


miércoles, 4 de marzo de 2015

ESTIMULACIÓN COGNITIVA A TRAVÉS DE LA MÚSICA

La música es una herramienta empleada como terapia no farmacológica para las personas con daño cerebral y demencia ya que a través de ella se consigue la estimulación cognitiva de los pacientes, contribuyendo, además, a mejorar el estado de ánimo y la capacidad de comunicación.
La música estimula diferentes funciones cognitivas. Favorece la atención, la memoria autobiográfica y mejora las capacidades del lenguaje, como la fluencia y el acceso al contenido informativo, siendo muy recomendable para los pacientes con afasia o con dificultades en la comunicaciónUna melodía conocida o una canción familiar actúan como una medicina para el estado de ánimo ya que tienen la capacidad de evocar sentimientos y recuerdos con una importante carga emocional. Cuando la música es relajante, reduce la ansiedad y los problemas de conducta consecuencia del daño cerebral.



Escuchar música es una gimnasia para el cerebro. Al hemisferio derecho lo pone en movimiento a través de la prosodia, el canto, la armonía y la detección del timbre. El hemisferio izquierdo, más analítico, entra en acción a través de aspectos temporales como el ritmo. Cuando la música se acompaña de movimiento a través del baile, a la estimulación cognitiva se suman los beneficios de la actividad física. 
Los neuropsicólogos que habitualmente trabajamos con personas con demencia y daño cerebral no debemos escatimar en el uso de estrategias que, como la música, son sencillas y eficaces para mejorar el funcionamiento de nuestros pacientes.